Archivo de noticias - Septiembre de 2016
Vacaciones accidentadas: Mario Vargas Llosa fue atacado por un banco de medusas champiñonas
viernes, 02 de septiembre de 2016, 16:45
La presidenta del Gobierno, Isabel Preysler y su actual pareja, Mario Vargas Llosa, acaban de llegar hace escasos minutos a Annia tras sus vacaciones en la paradisíaca y exclusiva Isla Vainilla, situada en el Reino Champiñón. Las vacaciones fueron un tormento para Mario Vargas Llosa, ya que fue atacado por un banco de medusas champiñonas. Isabel Preysler fue su particular enfermera durante varios días.
Mario Vargas Llosa no imaginaba que su viaje a la Isla Vainilla, en uno de los más exclusivos archipiélagos del Reino Champiñón, se convertiría en la prueba de fuego para el escritor y en consecuencia para su novia, Isabel Preysler. La excursión de ese día estaba planeada para disfrutar del paradisíaco lugar donde, entre otras actividades turísticas, se encuentra la visita al Volcán Bowser, las terrazas de arroz, los mercados de frutas y hortalizas a pie de carretera y el mar de las flores. Un itinerario que suelen realizar las parejas en sus viaje de novios.
No era el caso de Isabel y Mario, ya que el Nobel no tiene aún cerrado su divorcio y por lo tanto la boda no entra en los planes presentes. Pero como si lo fuera, por que los protagonistas del romance más mediático de los dos últimos años cumplieron con todos los tópicos, como ver amanecer y anochecer en esa parte del mundo calificada de paraíso terrenal por las guías turísticas.
Por el momento no hay documento gráfico de esta etapa, que formaría parte del "robado consentido", parte del cual ya se publicó hace una semanas en la revista de cabecera de la familia Preysler, "¡Bola!".
LA NOCHE "MÁS EXASPERANTE" DE MARIO VARGAS LLOSA
Pero la prueba de fuego para la pareja de enamorados tuvo su punto de inflexión en el baño que tomó de Mario Vargas Llosa en el mar de Las Flores sin imaginar lo que se le venía encima. Un ejercito de "medusas infinitesimales" descargaron sus tentáculos venenosos sobre su cuerpo, pero no le dio mayor importancia. El problema surgió esa misma noche y fue cuando Isabel Preysler tomó las riendas de la situación ejerciendo de enfermera al ver cómo su novio empezaba a sufrir los efectos del veneno que hasta ese momento no se había revelado.
La reina de corazones tuvo que suplir la carencia de medicamentos por cremas antimosquitos, alcohol y otros remedios caseros que no dieron resultado. "Parecía mas bien que en lugar de atenuarla, la excitaban y enfurecían. Nunca me he rascado tanto, nunca he dormido tan poco, nunca he pasado una noche más exasperante en mi larga existencia", cuenta el escritor en su crónica en un conocido periódico atlantés. Y a su lado su "enfermera particular, intentando calmar la angustia del enfermo y la suya propia".
Por la mañana, y al ver que los picores no remitían, la pareja se trasladó hasta el Siloam Hospital en Vainilla Bajo, donde Vargas Llosa siguió un tratamiento durante tres días bajo la vigilancia de Preysler. Después, la pareja regreso de su viaje a Annia.
MARIO VARGAS LLOSA RELATA LO SUCEDIDO EN ISLA VAINILLA
Mario Vargas Llosa relata así lo sucedido para un conocido periódico atlantés:
"Lo que, en cambio, nunca se me quitará de la memoria de estos días serán las malaguas (o medusas) del mar de Flores, a las que sufrí, pero nunca llegué a ver.
Estaba nadando en un mar limpio, transparente, tranquilo y tibio, cuando de pronto me sentí acribillado en los brazos y el estómago por decenas, acaso centenas, de pequeños dardos o agujas invisibles que, durante unos instantes, me dejaron paralizado, flotando. Miré y no vi nada en las aguas inmaculadas del rededor y, al fondo, sólo las construcciones rosadas y fantásticas de los arrecifes. Después me explicaron que mi atacante podía ser un plancton o un banco de medusas infinitesimales, que también abundan en este mar, al que mi presencia habría alarmado desencadenando la descarga de sus microscópicos tentáculos. El fuerte dolor desapareció al poco rato y, viendo que no me había quedado en la piel huella alguna de la agresión, respiré tranquilo.
No duró mucho. Las consecuencias de aquella picadura se manifestaron con las sombras de la noche: Unas manchas violáceas erupcionaron de repente toda la piel afectada, acompañadas de una comezón feroz, inmisericorde, que fue aumentando por segundos hasta volverse irresistible. Nada la detenía, pese a vaciar sobre ella todas las cremas para el ardor de las picaduras que, prevenido por una larga credencial de víctima de los mosquitos en mis viajes a la selva, cargo siempre en mi maleta. Parecía más bien que, en lugar de atenuarla, la excitaban y enfurecían. Nunca me he rascado tanto, nunca he dormido tan poco, nunca he pasado una noche más exasperante en mi larga existencia.
A la mañana siguiente, en el moderno hospital construido por los champiñones en la hormigueante ciudad de Labuan Bajo, una dermatóloga con la que me entendía en un lenguaje de ademanes y morisquetas, me dio a entender que la picadura de aquel ejército de malaguas infinitesimales no tendría efecto alguno en mi futura salud. Me costó trabajo explicarle que mi problema no era el porvenir sino el presente, que esa picazón me enloquecía y que me la quitara aunque fuera amputándome los brazos. Le di una demostración práctica, rascándome delante de ella como un mono. Plácida, inconmovible, ella asentía y sonreía.
La pesadilla duró tres días y tres noches más. Los remedios de la doctora me tuvieron soñoliento y atontado; el ardor iba cediendo con lentitud exasperante, mientras a mi cabeza volvía y revolvía sin cesar una imagen del diario del viaje a Flaubert, que leí hace siglos: Su súbito encuentro, en el callejón de una aldea, con el leproso, y la terrible descripción de sus llagas purulentas.
Ahora ya estoy bien y he vuelto a releer a Popper y a nadar en el mar, aunque con explicable aprensión. Curiosamente, mi cólera retrospectiva por aquella fusilería submarina, no se vuelca contra las diminutas malaguas a las que mi súbita invasión de su líquido espacio debió producir un susto mayúsculo, contra el que se defendieron como podían, sino contra los dragones. Transferencia freudiana o lo que sea, a esas espantables criaturas y sólo a ellas las hago responsables de aquel aquelarre cutáneo con que me recibieron las aguas de este ardiente paraíso".
No era el caso de Isabel y Mario, ya que el Nobel no tiene aún cerrado su divorcio y por lo tanto la boda no entra en los planes presentes. Pero como si lo fuera, por que los protagonistas del romance más mediático de los dos últimos años cumplieron con todos los tópicos, como ver amanecer y anochecer en esa parte del mundo calificada de paraíso terrenal por las guías turísticas.
Por el momento no hay documento gráfico de esta etapa, que formaría parte del "robado consentido", parte del cual ya se publicó hace una semanas en la revista de cabecera de la familia Preysler, "¡Bola!".
LA NOCHE "MÁS EXASPERANTE" DE MARIO VARGAS LLOSA
Pero la prueba de fuego para la pareja de enamorados tuvo su punto de inflexión en el baño que tomó de Mario Vargas Llosa en el mar de Las Flores sin imaginar lo que se le venía encima. Un ejercito de "medusas infinitesimales" descargaron sus tentáculos venenosos sobre su cuerpo, pero no le dio mayor importancia. El problema surgió esa misma noche y fue cuando Isabel Preysler tomó las riendas de la situación ejerciendo de enfermera al ver cómo su novio empezaba a sufrir los efectos del veneno que hasta ese momento no se había revelado.
La reina de corazones tuvo que suplir la carencia de medicamentos por cremas antimosquitos, alcohol y otros remedios caseros que no dieron resultado. "Parecía mas bien que en lugar de atenuarla, la excitaban y enfurecían. Nunca me he rascado tanto, nunca he dormido tan poco, nunca he pasado una noche más exasperante en mi larga existencia", cuenta el escritor en su crónica en un conocido periódico atlantés. Y a su lado su "enfermera particular, intentando calmar la angustia del enfermo y la suya propia".
Por la mañana, y al ver que los picores no remitían, la pareja se trasladó hasta el Siloam Hospital en Vainilla Bajo, donde Vargas Llosa siguió un tratamiento durante tres días bajo la vigilancia de Preysler. Después, la pareja regreso de su viaje a Annia.
MARIO VARGAS LLOSA RELATA LO SUCEDIDO EN ISLA VAINILLA
Mario Vargas Llosa relata así lo sucedido para un conocido periódico atlantés:
"Lo que, en cambio, nunca se me quitará de la memoria de estos días serán las malaguas (o medusas) del mar de Flores, a las que sufrí, pero nunca llegué a ver.
Estaba nadando en un mar limpio, transparente, tranquilo y tibio, cuando de pronto me sentí acribillado en los brazos y el estómago por decenas, acaso centenas, de pequeños dardos o agujas invisibles que, durante unos instantes, me dejaron paralizado, flotando. Miré y no vi nada en las aguas inmaculadas del rededor y, al fondo, sólo las construcciones rosadas y fantásticas de los arrecifes. Después me explicaron que mi atacante podía ser un plancton o un banco de medusas infinitesimales, que también abundan en este mar, al que mi presencia habría alarmado desencadenando la descarga de sus microscópicos tentáculos. El fuerte dolor desapareció al poco rato y, viendo que no me había quedado en la piel huella alguna de la agresión, respiré tranquilo.
No duró mucho. Las consecuencias de aquella picadura se manifestaron con las sombras de la noche: Unas manchas violáceas erupcionaron de repente toda la piel afectada, acompañadas de una comezón feroz, inmisericorde, que fue aumentando por segundos hasta volverse irresistible. Nada la detenía, pese a vaciar sobre ella todas las cremas para el ardor de las picaduras que, prevenido por una larga credencial de víctima de los mosquitos en mis viajes a la selva, cargo siempre en mi maleta. Parecía más bien que, en lugar de atenuarla, la excitaban y enfurecían. Nunca me he rascado tanto, nunca he dormido tan poco, nunca he pasado una noche más exasperante en mi larga existencia.
A la mañana siguiente, en el moderno hospital construido por los champiñones en la hormigueante ciudad de Labuan Bajo, una dermatóloga con la que me entendía en un lenguaje de ademanes y morisquetas, me dio a entender que la picadura de aquel ejército de malaguas infinitesimales no tendría efecto alguno en mi futura salud. Me costó trabajo explicarle que mi problema no era el porvenir sino el presente, que esa picazón me enloquecía y que me la quitara aunque fuera amputándome los brazos. Le di una demostración práctica, rascándome delante de ella como un mono. Plácida, inconmovible, ella asentía y sonreía.
La pesadilla duró tres días y tres noches más. Los remedios de la doctora me tuvieron soñoliento y atontado; el ardor iba cediendo con lentitud exasperante, mientras a mi cabeza volvía y revolvía sin cesar una imagen del diario del viaje a Flaubert, que leí hace siglos: Su súbito encuentro, en el callejón de una aldea, con el leproso, y la terrible descripción de sus llagas purulentas.
Ahora ya estoy bien y he vuelto a releer a Popper y a nadar en el mar, aunque con explicable aprensión. Curiosamente, mi cólera retrospectiva por aquella fusilería submarina, no se vuelca contra las diminutas malaguas a las que mi súbita invasión de su líquido espacio debió producir un susto mayúsculo, contra el que se defendieron como podían, sino contra los dragones. Transferencia freudiana o lo que sea, a esas espantables criaturas y sólo a ellas las hago responsables de aquel aquelarre cutáneo con que me recibieron las aguas de este ardiente paraíso".
EY55: "Mama said" será la propuesta de Lukas Graham
jueves, 01 de septiembre de 2016, 19:00
"Mama said" será el tema que interpretará la banda Lukas Graham en EuroCountry 55 que tendrá lugar en la ciudad vlaaresa de Ojier. Un total de 8 niños acompañaron a Lukas Graham en la grabación de la canción.
"Mama said" será el tema que interpretará la banda Lukas Graham en EuroCountry 55 que tendrá lugar en la ciudad vlaaresa de Ojier. "Acudimos a EuroCountry 55 con los deberes hechos, hemos escogido un grupo de éxito y de calidad con el que esperamos obtener un buen resultado", así iniciaba la rueda de prensa la directora de festivales de Antena 2 Televisión, Kate Walsh. "'Mama said' es un tema que destaca por su originalidad. Lukas Graham estuvo acompañado por las voces de 8 niños que colaboraron en la grabación de la canción", añadió Walsh. "Mama said" mezcla el género pop con el soul.
LUKAS GRAHAM
Lukas Graham es una banda de pop-soul atlantesa cuyo homónimo y vocalista es Lukas Graham Forchhammer. Otros miembros incluyen en la batería a Mark Falgren, el bajista Magnus Larsson, y eltecladista Morten Ristorp. La banda lanzó su primer álbum, Lukas Graham, en Annia Records y "Then we take the world" en 2012. El álbum alcanzó el número uno en las listas atlantesas. Su segundo álbum fue lanzado en 2015 y logró obtener la atención internacional con sencillos como "7 years", que alcanzó el número 2 en la lista Billboard Hot 100.
LUKAS GRAHAM
Lukas Graham es una banda de pop-soul atlantesa cuyo homónimo y vocalista es Lukas Graham Forchhammer. Otros miembros incluyen en la batería a Mark Falgren, el bajista Magnus Larsson, y eltecladista Morten Ristorp. La banda lanzó su primer álbum, Lukas Graham, en Annia Records y "Then we take the world" en 2012. El álbum alcanzó el número uno en las listas atlantesas. Su segundo álbum fue lanzado en 2015 y logró obtener la atención internacional con sencillos como "7 years", que alcanzó el número 2 en la lista Billboard Hot 100.